Cuida tu cuerpo, te acompañará hasta el final de esta vida.
Nuestro cuerpo es la sede de nuestras vivencias, de nuestras emociones, de nuestros pensamientos…no es de extrañar que a menudo se sobrecargue por los excesos cotidianos. A veces sólo le prestamos atención cuando le falta la salud, y es en ese momento cuando apreciamos el gran valor y utilidad que tiene para nosotros. Os invito a tomar conciencia por unos instantes de como tratáis vuestro cuerpo, de como os comunicáis con él, de apreciar todas sus funciones autónomas e incondicionales «¿vuestros órganos os piden algo a cambio por realizar sus funciones?».
Seamos conscientes y ofrezcamos a nuestro cuerpo el lugar que se merece de respeto y valor, desarrollando la autocomprensión y el amor propio.
Feliz presencia en tu templo. Namasté.